“Somewhere Nabokov is smiling, if you know what I mean"
Bosques y máquinas//
“Somewhere Nabokov is smiling, if you know what I mean" Stráctica
20.8.08 @ 4:04 p. m. Recurriré a la química. No he salido porque me volvió la fiebre y lo que hice fue en primer lugar limpiar mayólicas y dejar a la compu impecable con una crema special. Revisé los esquemas y sinopsis que no me gustan pero que abordo por trabajo, y de pronto le encuentro el gusto por detalles como el del leader de un profesor de bibliografía. Nada aburrido. Pero no he podido ni salir a reclamar telefónicamente por el celu. Creo que otra vez caminaré enchalinada a encontrarme con mis semejantes en la calle, carraspeando y con los ojos rojos. Algo común en la ciudad en este superhúmedo mes. Por ratos ponía canciones, oteaba twitter, tomaba el té de wawasana, cocinaba y heme aquí sin letargo, con el cuerpo en fast posición, lista para salir pero aún con una ligera fiebre. Así que escribir es mi cura en todo sentido siempre, como también puede ser un desangramiento, una punzada en loop a mi zona emocional. Y pasa. Escribir tiene más poder sobre mí que el mal físico, que la neumonía, el dolor, o algo destructivo. * Este tema de Ministry me acompañaba mientras escribía lo que viene. ![]() Stráctica Estoy desconectada según tu canon biomecánico. Mi corazón es un pedazo de platino con señales ocultas. Soy una cyborg oculta y conozco tu maldad. Lo de siempre, eres un crápula más en la ciudad bulliciosa. Te voy a matar saqueador de cyborgs insumisos. Hay cierta paz que cuida la música de los ascensores, de los megamarkets y los arsenales de guerra. Yo estoy a la ribera de tus crímenes. Hoy me hubieras visto con las manos húmedas sosteniendo al bebé de una mujer aterrorizada. Llegaban tus soldados y antes que nos desaparecieran, salimos como magos de aquel tugurio, desnudos, con apenas unas frazadas y las computers intactas. El bebé fue bautizado en medio de la fuga: se llama Alvar como el héroe que amaba el tatarabuelo del mío. No pongas cualquier nombre a quien amas, me dijo mi madre cárnica una mañana frente al mar. Tengo recuerdos, mercernario. Alguna vez fui una niña de verdad y tú nunca lograste quitarme mi infancia. Te engañé buitre, y estoy aquí, lejos de tu vileza. Y soy cruel para los de tu raza, nunca lo olvides. No me persigas más. Invierno de ciudad post-nuclear. Cielo rojo. Estamos al fin solos, stráctica. Escucho la respiración del bebé y el olor de su cuerpo me hace cantar mientras amanece. Imagen tomada de Google. Etiquetas: cyborgs, ministry, relatos ◄ Older & Newer► |