“Somewhere Nabokov is smiling, if you know what I mean"
Bosques y máquinas//
“Somewhere Nabokov is smiling, if you know what I mean" Antes del último incendio
18.4.08 @ 1:56 a. m. Xita: Mi dulce pitonisa te mando el mail entre maletas, Time of the season y una movie francesa. Un campo de girasoles, la máquina deseante de la que hablaba nuestro fetiche pensador como señales en la víspera del viaje a la ciudad de las lilas y los chicos de los skates. Mi hijo me mandó tarjetas de memoria expandible para mi mp4 y he guardado fotos tuyas en una carpeta llamada Mobile station. Aún no llueve en abril y Vallejo espera por ti en el nuevo placard. Sé que tus indagaciones sobre los dandys de Lima se han vuelto laberínticas, que dibujaste al ex-prófugo Fujimori en su silla de reo con trazos de lápiz carboncillo, y que guardas un cartel de Kasparov para mi niño: todo cuidado y envuelto en una valija de barco. Xita, ni me digas que realmente escribes ensayos patafísicos. No, no me asusta. Me regocija extremadamente, ¡aleluyas!.. Confírmame que te has entregado a experimentales noches de sexo en tu biblioteca como si transgredieras cierta sacralidad muy en el fondo, filomonástica. Querría saber qué vas a hacer cuando te llame tu madre para pedirte que nunca regreses. Porque desquicias su solaz de días lineales, siempre con el té a las cinco, el paseo de las mascotas, las fiestas pro-caridad posmoderna. Todo cíclico e insoportable para ti, mi querida vagabunda. Nos colocan en vitrinas brillantes y nos hartamos de las ensoñaciones, el misterio femenino, ese pathos esquizoide escupido por cada escalón que subimos exhaustas, como si el apocalipsis estuviera por llegar. Entonces serían instantes en los que veríamos arder ciudades, cuerpos sulfúricos, alimentos transgénicos, fábricas y casas de todo tipo, departamentos sombríos a las 6 de la mañana, calles con piletas, shoppings y hospitales. Selección antinatural en el horror. Y no te exaltes, no es suficiente. Xita, ven a casa por favor. Tráeme tu requiem pintado, tus proezas sónicas, tu silencio antes de ir a ver a los héroes de las madrugadas. Personajes atrincherados en casetas abandonadas cerca del subte. Veo a las cajetillas de cigarrillos tiradas en la repisa del baño. Y aquí yo arrugando la hoja, sujetando la colonia, sándalo y limón, y me veo en el espejo frente a ti, Xita. Me aprendo lo que cuenta fuera de anecdotarios, Milo Manara y los pastiches. Tu adhesión a ese salvajismo de redes sociales, días de films y e icónicas aventuras. Prepararé el pay de limón a punto. La ciudad comenzó a arder y sigo esperando tu mail. * Los zapatos de D son los más bonitos del mundo. Pronto tendrás un par idéntico talla 36. Abraxos ( escríbeme sobre tus arcanos, tu novela interminable, la mirada de tus niños cuando amanece. Paraísos.). Etiquetas: relatos, the zombies ◄ Older & Newer► |