“Somewhere Nabokov is smiling, if you know what I mean"
Bosques y máquinas//
“Somewhere Nabokov is smiling, if you know what I mean" Happiness
7.4.08 @ 8:48 p. m. Todd Solondz demuestra que filmar una película conlleva sangre, ideas, provocación, humor y más. Después de ver este film, el panorama se me ha abierto como un golpe revelador. O una serie de golpes que te van mostrando lo que conoces y que sin embargo no develabas porque te faltaba completar el puzzle. El plus de las ideas se me escapaba por otras vertientes del raciocinio. Sucede que cuando piensas demasiado y no contrastas esos rizos con la palpable existencia te pierdes en estudios que supuestamente te llevan a profundizar y a descartar lo obsoleto. Todo lo altisonante, obvio que se va a la basura: uno se desprende de verdades consagradas. En ese camino uno está descreyendo con cierta ternura manifiesta en actitudes, gestos, afinidades encontradas, afinidades perdidas. Viendo Happiness, encontré retratos desolados y un humor punzante. Precisamente ese humor te despierta; se moviliza el disparador emocional, lo que es sólo una parte del acontecimiento. TS, escarba, raspa, disecciona, y te entrega historias entrelazadas de gente que sufre, goza, duda, se muere de hastío, de angustia y frustraciones, en medio del confort y el movimiento de la ciudad inquieta. Pedofilia, crimen, soledad, todo mezclado en dosis corrosivas con la risa estallando de pronto, cuando por ejemplo ves unos ojazos desmesurados concentrados en un ruso que toca la guitarra y canta una canción idílica. O esa escena cuando la chica obesa le cuenta su secreto a su reciente amigo, un hombre que se masturba y masturba hablando por teléfono al azar a mujeres. Un hombre tímido, que se ha enamorado de su vecina, una escritora, mujer linda a la que TS le hace decirse unas cuantas verdades superlativamente inquietantes. Ver a la ampulosa mujer comiendo sus super porción de helado mientras cuenta algo espeluznante y triste. Hay una escena que es bárbara: padre e hijo en una confrontación a la que da forma el niño con sus preguntas. Cada interrogante es contestada con una honestidad en la que el padre es autoimplacable, aunque esa mirada húmeda que se posa sobre la de su hijo, demuestre al mismo tiempo su vulnerabilidad.
En Happiness, se encuentran fuertes motivos para reír y llorar. Las metaficciones, aquí simplemente son rasgos, luces, aguijoneos. Todo se siente tan real en este film, tan cercano y a la vez lejano, porque uno se inclina a encontrar una negación. En ciudades del llamado tercer mundo, ¿acaso sabes de una mujer cortando el cuerpo del hombre que la violó? Algo suigéneris hastas cierto punto si recordamos la primera amputación del pene que Lorena Bobbit le hiciera a su esposo, o las historias de seriales killers que aparecen en los diarios y los noticieros televisivos. Ciertamente a la violencia la percibimos cotidianamente, sólo que al verla en un film, tratada como la filtra Todd Solondz, las caretas de los buenos ciudadanos caen brutalmente sin que se usen recursos efectistas. El film está cuidado milimétricamente, con osadía.. TS no bombardea la imagen del depravado, puristamente. TS escépticamente arroja los rostros de una sociedad lasciva hasta la muerte. En Happiness, el padre de familia que cada noche cena en casa, aparece en toda su amargura cuando dice: estoy enfermo. Todd Solondz ha declarado estar influenciado por Woody Allen y por Samuel Beckett. Eso está comprobado cien por ciento en Happiness. Alvy Singer en Annie Hall, intepretado por el mismo WA dice: Tengo un punto de vista realmente pesimista sobre la vida: creo que la vida se divide entre lo horrible y lo miserable. Ésas son las categorías principales […] Lo horrible sería... no sé, los enfermos incurables […] Me refiero a los ciegos, los inválidos […] Y después, lo miserable incluye a cada uno de nosotros. Lo engloba todo. Así que tenemos que dar gracias por sentirnos miserables, pues la otra alternativa es aún peor. Y esos instantes de silencios que en la película son como pausas/detonadores comulgan con la estética beckettiana, algo que solamente un individuo de la estirpe a la que pertenece TS, podría concentrar y volcar en un film memorable. Ilustración: personajes de Happiness dibujados por Daniel Clowes. Etiquetas: alvy singer, happiness, samuel beckett, todd solondz, woody allen ◄ Older & Newer► |